Cuando se imparten cursos en el área de la aeronáutica, comúnmente surgen las consecuentes condiciones referidas a la calidad de los instructores, el contenido apropiado y actualizado, especialistas que conozcan de metodología educativa, licencias, títulos, certificaciones y una serie de escenarios que pueden afectar la calidad de la enseñanza impartida en un centro de instrucción aeronáutica, y que generalmente representan problemas a solventar por parte de los directivos.
Para estos institutos de formación en aviación, la calidad de lo que se enseña es un canon con el que deben lidiar siempre para hacerse competitivos y comercialmente apetecibles por los aspirantes a su oferta de cursos. Es una relación de directa proporcionalidad entre la calidad educativa y la demanda de aspirantes, por lo que generalmente quienes dirigen estos institutos procuran siempre mejorar sus estándares educacionales.
Uno de los contextos que afectan ampliamente el acabado de un curso en términos de satisfacción del graduado (que al fin y al cabo es el objetivo central a captar) es el diseño instruccional a través del cual se haya creado su programa de estudios.
Muchos directores de institutos desaprovechan los beneficios y ventajas que ofrecen los diseños instruccionales cuando son realizados por expertos y bajo metodologías verdaderamente pedagógicas, que faciliten el desempeño del docente y promuevan la máxima transmisión del contenido. Esto es debido a que en la mayoría de las ocasiones es muy difícil encontrar especialistas de aviación que también se especialicen en el área de la didáctica y de las metodologías educacionales, por lo que optan por improvisar programas de estudios, y esa improvisación suele desembocar en cursos de poca calidad.
En el aspecto educacional, el diseño instruccional es un elemento base de donde se sostienen todos los demás aspectos del curso. Es decir, puedes tener el mejor y más completo contenido y el mejor y más preparado docente, pero si tienes fallas en tu diseño instruccional en general, lo más probable es que el desarrollo de la formación académica se realizará fortuitamente y a la deriva. Como respuesta del público se obtendrán opiniones como: “El curso es bueno, pero…”, “No tiene coherencia”, “No es lo que esperaba” y otras más.
Estas frases son indeseables desde lo educacional e inaceptables desde lo comercial.
Un buen director de un centro de instrucción aeronáutica sabe que la inversión en profesionales en educación y aeronáutica, para optimizar los diseños instruccionales ya existentes o para crear cursos nuevos y comercialmente competitivos, le dará una ventaja particular a su instituto por encima de la competencia, y es algo más que necesario. Por ello, en Aerodidáctica ofrecemos un servicio realizado por especialistas con experiencia y una sólida formación en esta área, que puedes revisar aterrizando en este enlace.
Por otro lado, cuando se cuenta con una buena estructura metodológica realizada por expertos en educación y aeronáutica, el proceso de enseñanza-aprendizaje fluye de manera natural y los objetivos del curso se logran más rápida y satisfactoriamente en términos de resultados.